La historia de la impresión 3D: tecnologías de impresión 3D desde los años 80 hasta la actualidad

5min.
23 MAR., 2021

Imagina que estás en los años 80 's y alguien te habla sobre una nueva técnica de fabricación llamada impresión 3D, seguro piensas que es algo del futuro, de ciencia ficción o algo que no existe aún, ya que en aquella época cualquier tema que usara la palabra 3D era algo que denotaba estos conceptos. 

Como ya nos lo ha demostrado la historia en un sinfín de ocasiones, siempre que piensas que estás innovando, que piensas que estás creando algo nuevo y sin precedentes, aparece una compañía, un desarrollador o alguien en alguna parte del planeta con algo igual o mejor a tu idea y que se adelanta, lo registra y materializa antes que tú. Esto, apreciables lectores sucedieron también en los inicios de la impresión 3D.  

Citando a la mente brillante de Steve Jobs: “De vez en cuando, aparece un producto revolucionario que lo cambia todo’’, así, también de la nada, apareció la impresión 3D en los años 80’s; pero para sorpresa de muchos, no tuvo el impacto tan grande a nivel mundial como lo habríamos esperado de una tecnología tan revolucionaria.   

La primera patente de impresión 3D fue otorgada al estadounidense Chuck Hull, con el registro de la estereolitografía, fabricación de objetos tridimensionales en el que se añaden capas mediante el curado de fotopolímeros con láseres de rayos ultravioleta,y en 1983 se crea la primera pieza impresa en 3D.  

Chuck Hull, también es el responsable del diseño del formato STL, el cual sigue siendo usado en la actualidad. 

Es hasta 1986 que la empresa 3D SYSTEMS, fundada por el mismo Chuck Hull comienza a comercializar las primeras impresoras de estereolitografía. 

Y es 3 años después que surge el próximo gran actor de la impresión 3D, Scott Crump con la compañía Stratasys desarrolla el proceso de FDM (fused deposition modellin) , fabricación de objetos mediante la aplicación de material fundido a través de un extrusor. 

Este proceso es actualmente el más popular a nivel mundial, pero esto no se debió gracias a su inventor, sino a la masificación de este proceso por medio de una pequeña empresa visionaria. 

Previo a esta masificación, hubo un desarrollo de una tecnología de impresión 3D diferente, también de la mano de 3D SYSTEMS, el SLS (selective laser sintering) que fabricaba objetos a través de la sinterización de polvo plástico mediante un láser, pudiendo tener piezas mucho más rápido y más resistentes que en los procesos anteriores.

Además de la creación del SLS en 1993, un grupo de estudiantes del MIT concibe la impresión 3D por inyección de material, con la posibilidad de imprimir múltiples materiales y múltiples colores en una sola pieza. 

Dos años más tarde, en 1995, inician la venta de los primeros equipos basados en esta tecnología a través de la compañía 3D Systems. Como podemos ver, 3D Systems se consolidaba como el grande de la industria de la fabricación aditiva. 

Aun con estos grandes avances, la impresión 3D no era algo que causaba revuelo, aún no se había convertido en el gran impacto tecnológico que estaba en boca de todos.

¿Cuáles fueron los inicios de este gran impacto?  

Cuando queremos que algo tenga un gran impacto, esto tiene que masificarse, y una empresa que se considera la responsable de esta masificación o potencialización de la popularidad de la impresión 3D es MAKERBOT, fundada en 2009 por tres amigos, pasando de impresoras de más de 100mil USD por Stratasys o 3D Systems, a impresoras de FDM tan solo 200 USD que cualquier persona podía tener en su escritorio. 

¿Y cómo beneficia esto a la industria de la impresión 3D?  

Al estar al alcance de miles y miles de personas, ellos encontrarán mejores usos, nuevas aplicaciones que hubieran sido imposible de encontrar por las grandes empresas, y que, gracias a estas nuevas aplicaciones, el mercado de la impresión 3D crece fuertemente a nivel mundial, beneficiando a todas las empresas de impresión 3D existentes. 

Posterior a esta gran introducción de la impresión 3D al mercado masivo, comenzaron a surgir grandes competidores de pequeñas impresoras de FDM, aumentando más el impacto de la impresión 3D a nivel mundial. 

Es hasta 2011, cuando surge el próximo gran impulso de la masificación de la impresión 3D, la primera impresora de estereolitografía asequible del mercado, muy fácil de operar y con un tamaño para usar en cualquier escritorio de trabajo, FORMLABS. 

Durante esta gran carrera de la impresión 3D fueron surgiendo aplicaciones que causaron revuelo en el mundo, desde la controversial pistola impresa en su totalidad en 3D, prótesis de mano para niños alrededor del mundo, prótesis de piernas, de mandíbulas, impresión de huesos, innovaciones en el sector dental sin precedentes, impresión 3D de alimentos , hasta la impresión 3D de partes metálicas para aviones y cohetes, sin olvidar la gran noticia de la primer impresora en órbita espacial, capaz de imprimir con cero gravedad. 

Al año 2015, contábamos ya con muchas tecnologías distintas de fabricación aditiva y sus variantes, pero aún faltaba más por aparecer en cuanto a tecnologías de impresión 3D respecta. 

Es en ese año cuando surge la tecnología CLIP (Continuous Liquid Interphase Printing), considerada hasta ese momento la tecnología de impresión 3D ultrarrápida del mercado, pudiendo fabricar piezas a base de resinas en muy poco tiempo, y que ahora es comercializada por la empresa CARBON. 

Del año 2016 al 2017, pensando que ya habíamos visto todas las variantes posibles de la impresión 3D, aparece el grande de la tecnología, HP, con su innovación en la fabricación aditiva, la tecnología Multi Jet Fusion, capaz de crear piezas a base de polvos y con la utilización de un par de agentes de manera muy rápida, teniendo como resultado piezas con excelentes propiedades mecánicas muy similares a una pieza inyectada. Es tanto el impacto positivo de esta tecnología en la industria, que, en menos de dos años, se consolida como la tecnología líder de fabricación aditiva en masa, fortaleciendo aún más el concepto de Manufactura Aditiva o Additive Manufacturing. 

Del año 2019 en adelante, la industria de la Manufactura Aditiva se convierte en una industria billonaria, siendo considerado un proceso de fabricación adicional a los métodos tradicionales, capaz de fabricar corridas completas de producción, trayendo así la posibilidad de productos directos al mercado con impresión 3D, totalmente personalizados para los usuarios.  

Analistas consideran esto como la gran 4ta revolución industrial, de la cual ya somos parte y estamos viviendo el inicio de un futuro alucinante lleno de nuevas posibilidades de fabricación más ecológicas, más rápidas, y con la posibilidad de traer productos imposibles de fabricar anteriormente. 


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